martes, 29 de abril de 2014

normas no escritas

Hay normas no escritas en casi todas las facetas de la vida, muchas son aplicable y extrapolables de una faceta a otra. Y si hay algún sitio donde hay mas normas no escrita, esa es la mar. Hoy os voy a escribir sobre unas normas no escritas de las competiciones de cruceros.

Siempre he tenido la teoria de que no hay una forma de actua
r, ni una forma de dirigir o de vender. Hay que adaptarse a las circunstacias de cada momento, y en cada momento, tendrá mas peso una cosa que otra para tomar una decisión.

Primera norma: Con vientos menores a diez nudos, la táctica queda supeditada a la maniobra.

La maniobra la forman un conjunto de hombres bien entrenados y dirigidos por el maniobra. Cada uno sabe perfectamente cuales son sus funciones y que deben de hacer en cada orden. El maniobra conoce a la perfección a sus hombres y sobre todo al barco. Sabe como se va a comportar el barco en cada situación que se dé y su misión es sacar el máximo en cada una de ellas. Es esa orden de tensa un poco mas la mayor o todos a la banda de estribor, que consigue sacar ese cuarto de milla mas. Y con esos vientos tan ligeros, os aseguro que conseguir sacar ese cuarto de milla, hace despegarse de los demás y sacar una distancia insalvable. Los tacos y palabras mal sonantes son esporádicas.

Estas circunstancias se dan en empresas de nueva creación o en empresas pequeñas con un mercado limitado. El conocimiento de la empresa y de las personas, por parte de la persona que la dirige. La agilidad entre las desiciones y la puesta en marcha de estas, hace ganar terreno rápidamente en el mercado en el que nos movamos. En estos casos se da un alto grado de compromiso con la empresa y se impone esa sensación de pertenencia a la empresa. Las palabras de origen anglosajona son pura anécdotas.

Segunda norma: Con vientos de 15 nudos, la maniobra queda supeditada a la táctica.

Hemos cambiado la persona que da las ordenes, ahora es el táctico. Con esos vientos el barco comienza a andar de forma mas impetuosa. Seguimos con una tripulación bien entrenada y formada. El táctico es un marino que conoce el medio, estudia las corrientes de la zona, los vientos y su role dependiendo de la orografia, o los vientos térmicos que se generan entre la tierra y la mar. Con todo ello elige el rumbo y donde se va a virar para conseguir lo máximo de las condiciones exteriores con el barco que tiene. Las palabratas comienzan a ser habituales.

Esto se da en empresa de mediano tamaño o que van evolucionando y creciendo. El que la dirige es una persona del sector, que estudia el mercado y la competencia. Elige el rumbo de la compañía con un equipo bien entrenado y formado. De el depende elegir la dirección que saque el máximo en cada situación del mercado. Los anglicismos aparecen en casi todas las reuniones.

Tercera norma: a partir de 22 nudos la maniobra y la táctica quedan supeditadas a la supervivencia.

El táctico da las ordenes, el maniobra intenta transmitirla y cada miembro intenta cumplirla en las medidas de sus posibilidades. El ruido de fondo hace difícil la comunicación y que las ordenes lleguen de forma clara y entendibles. Cualquier error puede hacer volcar al barco o restarle velocidad, cada uno intenta hacer sus cometidos según lo que ha entendido de las ordenes. En definitiva parece que cada uno navega por su cuenta intentando hacer lo que cree mejor y que el error sea de otro. Las palabras malsonantes aparecen casi en cada frase.

En grandes empresas  o medianas con aspiraciones a grande, esto aparece generalmente con un cambio generacional o la contratación de una dirección ajena al mercado. Los problemas de comunicación se extienden a todos los niveles por el ruido de fondo. Cada departamento cree que es el que empuja a la empresa y que los que fallan son los demás. Aparecen grupos y subgrupos y figuras como el trepa, el crack y otros figurantes. Las palabras de origen ingles aparecen casi en cada frase.


martes, 15 de abril de 2014

Salvamento Maritimo

Un día navegando por la costa inglesa del Mar del Norte, se nos acercó un helicóptero. Nos pidió permiso para posar un hombre a bordo, se lo concedimos y se nos acercó por la popa descendiendo a un rescatador enganchado a un cable de rescate. A pesar de haber una mar de mil demonios, lo posó en la toldilla de popa del Butaonce.

Casi al mismo tiempo mi hermano a los mandos de la cíclica de un helicóptero de la quinta escuadrilla, acompañaba en su mal andar a un pesquero con una vía de agua. Había mandado el "mayday mayday I am sinking".

Una vez posado el rescatador ingles, resultó hablar castellano muy aceptablemente, había trabajado de camarero en Palmanova. Era escocés y se llamaba Ian. Esa persona de pelo rizado era el que en caso de hundimiento se tiraría al mar para rescatarte en unas aguas frías donde se entra en hipotermia en pocos minutos.

Mientras mi hermano acompañaba al pesquero de nombre singular, era el pesquero "Dios va con nosotros". Bueno quizás Dios ese día tenia mejores cosas que hacer, pero dejo el encargo de cuidarles a un Angel de la guarda, con aspas en vez de alas.

Después de unos 15 minutos, el helicóptero se acercó por popa con el gancho bajado, Ian se engancho y lo vimos ascender. Había realizado un ejercicio rutinario de simulacro de rescate. Un rol play muy real.

Mi hermano algunas horas después y con el tanque de combustible agotado, dejaba al pesquero cerca de puerto, donde varios pesqueros habían salido en su auxilio. Esa es otra de las cosas que tienen las gentes de la mar, dejaran todo y darán ayuda. No se lamentan, solo actúan.

Hace un par de semana, en un ejerció rutinario entre Salvamento Maritimo (SM) y el Servicio Aereo de Rescate (SAR). La desgracia se cebó en uno de los helicópteros del SAR, cayó al mar y solo uno de sus tripulantes pudo ser rescatado. Los otros cuatro se hundieron en el atlántico cerca de las islas canarias.

Los desaparecidos son Daniel Pena, Carmen Ruiz, Sebastiano Ruiz y Carlos Cara manzana. Ellos no habrían dudado en bajar a los infiernos para rescatarnos a cualquiera de nosotros, por eso desde aquí pongo mi granito de arena para que bajemos hasta el fondo del mar y arranquemos sus cuerpos de los brazos de Leviatán.

Y desde aqui mi reconocimiento a los hombres y mujeres de Salvamento Marítimo y al Servicio Aéreo de Rescate.