miércoles, 26 de marzo de 2014

Armas de ventas

Cuantas veces habremos oído en la sala de ventas la frase, "la competencia tiene tal o cual arma y nosotros no". Valoramos lo que tiene el otro, y no valoramos nuestras armas, las que posiblemente el otro no tiene, y por eso dirá lo mismo en su sala de ventas.

Debemos observar a la competencia, pero nunca obsecionarnos con ella. Aprender de ella, si algo esta a nuestro alcance. Pero sobre todo hay dos cosas que debemos hacer, la primera aprender a usar nuestras armas, sobre todo aquellas que nos distinguen de la competencia y la segunda y creo que mas importante, usar las armas que nos ofrece el cliente.

Quizás esa segunda sea la gran olvidada, la que nos ofrece la escucha activa. La mayoría de las veces no vemos que el cliente también se esta vendiendo como cliente. Y en esa venta nos ofrece armas para su captación y fidelización. Nos grita, que necesita, que quiere de nosotros para su empresa. Nos esta dando un cabo para amarrarlo y tirar de él.

Para explicarlo, voy a deciros una experiencia increíble, muchos diréis que es inventada, pero juro que es verdad.

Tenia una feria d muestra y servía de guía al camión que traía el stand. En una curva y sin motivo aparente, el coche que estaba delante nuestra se salió de la carretera quedando en un socavón, fuera del arcén. Pare el coche para auxiliarles y el camión paró detrás mía. Nos acercamos y en el coche estaban una pareja cercana a los 60 años. El coche, milagrosamente, no parecía tener daños.

El señor salió del coche y nos llevó al maletero. Al abrirlo solo había una cosa dentro, un cabo de unos 15 o 20 metro de largo y dos dedos de grueso. Hice un as de guía al gancho de remolque y otro a la defensa del camión, y en menos de tres minutos ya estaba de nuevo sobre el asfalto. Nos dio las gracias y seguimos nuestro camino.

Yo tenia el arma, un gran camión, pero sin su cabo de remolque no habríamos podido prestarle nuestra ayuda.. A esto me refería cuando decía que primero saber usar nuestras armas y segundo aprovechar la que nos ofrece el cliente.


jueves, 6 de marzo de 2014

Crianza y solera

En toda empresa y sin motivo aparente, hay departamentos o delegaciones que funcionan ejemplarmente y las que no funcionan. Por lo general, casi siempre, las decisiones que se toman con los que funcionan mal es cambiar los colaboradores que supuestamente inducen al mal funcionamiento. Pasado un tiempo prudencial, sigue funcionando igual o peor. Vuelta a la criba, y con los mismos resultados.

Por el contrario, los que funcionan bien, cuando hay salidas e incorporaciones siguen funcionando correctamente.

Cuando me he encontrado con estos casos, siempre los he explicado por el sistema de crianza y solera del vino de Jerez. Os explico brevemente como funciona. Las botas puestas unas sobre otras forman el sistema de crianza, la de solera, de suelo, es de donde se saca el vino para consumo, pero solo se saca una parte de su contenido, que sera rellenado con vino mas joven procedente de las botas de crianza.

Dentro de la bota, el vino viejo le va a transmitir sus propiedades al vino joven, consiguiendo un vino de calidad en una mezcla de añadas. Esto es lo que pasa con los departamentos que funcionan bien, las incorporaciones nuevas toman la forma de trabajo y adquieren sus propiedades.

¿Pero que pasa cuando una bota se avinagra? Todo vino joven que entre en ella se avinagra, como pasa en los departamentos que funcionan mal, toda nueva incorporación termina adquiriendo ese avinagramiento del trabajo. La solución mas traumática es cambiar la bota.